REGISTRO DE YOGA

Sri Aurobindo

 

LOS SIETE CHATUSTHAYA

Investigación y prácticas sobre el modelo seguido por Sri Aurobindo para su realización en su Registro de Yoga

 

 

DE CHATUSTHAYA SEGUNDO, SHAKTI,

CHITASHAKTI

 

 

SEGÚN REGISTRO DE YOGA

2.2.3 Chitashakti o Chittasya

Estos son los signos de chittashuddhi y de la shakti de chitta o las partes emocionales del antahkarana o mente. Cuanto más amplio y más universal es la capacidad de amar, un amor autosuficiente y no mezclado con el deseo, el anhelo o el desánimo, y cuanto más estable sea la fe en Dios y el gozo en todas las cosas como mangalam (sean adversas o favorables), mayor llega a ser la fuerza divina en la chitta.

 

2.2.3.1 Snigdhata

Sentido de riqueza y contentamiento del sentimiento.

 

2.2.3.2 Tejahslagha (Tejas)

- Abundante poder moral y abundante energía. Ardor

 

2.2.3.3 Kalyanasradhha (Kalyana sraddha)

- Confianza en la gracia divina y la ayuda y sentido general de mangala.

 

2.2.3.4 Premasamarthyam (Prema samarthyam)

- Capacidad de amor ilimitado hacia todos los seres y todos los objetos.

 

 

 

 

¿Qué es Chitta?

 

DE SÍNTESIS DEL YOGA, Libro III, Capítulo V - LAS BASES DEL ALMACÉN Y LA RUTINAS

Chitta, la conciencia básica, es vastamente subconsciente; abiertas y escondidas, tiene dos clases de acción: una, pasiva o receptiva; la otra, activa o reactiva y formativa. Como poder pasivo recibe todos los impactos, incluso aquellos de los cuales la mente no tiene conciencia o a los que no está atenta, y los almacena en una inmensa reserva de la memoria pasiva subconsciente de la que la mente como memoria activa, puede retirarlos. Pero, por lo común, la mente sólo retira lo que observó y entendió en el tiempo, más fácilmente lo que observó bien y entendió cuidadosamente, menos fácilmente lo que observó descuidadamente o entendió mal; al mismo tiempo hay en la conciencia un poder para elevar a la mente activa para su utilización lo que la mente no observó para nada ni atendió ni siquiera experimentó conscientemente. Este poder sólo actúa observablemente en condiciones anormales, cuando alguna parte del chitta subconsciente llega como a la superficie o cuando el ser subliminal que está en nosotros es liminal (preliminar, a la entrada, en el umbral) y por un tiempo desempeña algún papel en la cámara exterior de la mentalidad donde tiene lugar la interrelación y comercio directos con el mundo externo y nuestras relaciones interiores con nosotros mismo se desarrollan en la superficie. Esta acción de la memoria es tan fundamental para la acción mental íntegra que, a veces, se dice que la memoria es el hombre. Incluso en la acción submental del cuerpo y la vida, aunque esté llena de este chitta subconsciente, aunque no bajo el control de la mente consciente, hay una memoria vital y física. Los hábitos vitales y físicos son formados, en gran medida, por esta memoria submental. Por esta razón pueden modificarse hasta un punto indefinido por una acción más potente de la mente y voluntad conscientes, cuando aquella puede desarrollarse y puede hallar el medio de comunicar al chitta subconsciente la voluntad del espíritu en pro de una nueva ley de la acción vital y física. Incluso toda la constitución de nuestra vida y cuerpo puede describirse como un atado de hábitos formados por la evolución pasada en la Naturaleza y mantenidos juntos por la memoria persistente de esta conciencia secreta. Pues chitta, la materia prima de la conciencia, es como el prana y el cuerpo universal en la Naturaleza, pero es subconsciente y mecánico en la naturaleza de la Materia.

 

Pero de hecho toda la acción de la mente o del instrumento interior surge de este chitta o subliminal para nuestra mentalidad activa. Cuando es golpeado por los impactos del mundo, desde el exterior, proyecta ciertas actividades habituales, cuyo molde ha sido determinado por nuestra evolución. Una de estas formas de actividad es la mente emocional. Nuestras emociones son las olas de reacción y respuesta que surgen de la conciencia básica, cittavrtti. También su acción es regulada, en gran medida, por el hábito y por una memoria emotiva. No son imperativas, ni leyes de Necesidad; en realidad no hay regla obligatoria de nuestro ser emocional a la que debamos someternos sin remedio; no estamos obligados a dar respuestas de pesar a ciertos impactos sobre la mente, respuestas de ira a otros, respuestas de odio o disgusto a otros, respuestas de simpatía y amor a otros. Todas estas cosas son sólo hábitos de nuestra mentalidad afectiva; pueden ser cambiadas por la voluntad consciente del espíritu; pueden ser inhibidas; pueden incluso elevarse por encima de toda sujeción al pesar, la ira, el odio, la dualidad del gusto y disgusto. Estamos sujetos a estas cosas sólo mientras persistimos en someternos a la acción mecánica del chitta en la mentalidad emotiva, cosa difícil de desembarazarse debido al poder del hábito pasado y especialmente a la importuna insistencia de la parte vital de la mentalidad, de la mente vital nerviosa o prana psíquico.

 

Esta naturaleza de la mente emotiva, como reacción del chitta, con cierta dependencia íntima de las sensaciones vitales nerviosas y respuestas del prana psíquico, es tan característica que, en algunos idiomas se la llama chitta y prana, el corazón, el alma vital; en verdad es la acción más directamente excitadora y potentemente insistente que el alma del deseo con la entremezcla del deseo vital y la conciencia responsiva creó en nosotros. Y con todo, la verdadera alma emotiva, la psique real en nosotros, no es un alma del deseo, sino un alma de amor y deleite puros; pero eso, como el resto de nuestro verdadero ser, sólo puede emerger cuando la deformación creada por la vida del deseo se elimina de la superficie y deja de ser la acción característica de nuestro ser. Efectuar eso es una parte necesaria de nuestra purificación, liberación y perfección.

 

 

DE SADHANA YÓGUICA, Capítulo VI

- En el estrato inferior del chitta, están registradas las impresiones de todas las cosas vistas, pensadas, sentidas, percibidas y permanecen ahí hasta que el Jiva abandona este cuerpo. Aun después, todas estas impresiones son recogidas por el cuerpo Sukshma (el cuerpo sutil) y van con el Jiva a los otros mundos. Cuando renace, son traídas por él como samskaras (formaciones mentales, fijas; impresiones de antiguos hábitos o experiencias acumuladas en las partes subconscientes) latentes en el Muladhara; por esta razón las personas no recuerdan sus pasadas vidas, pero pueden recobrar la memoria despertando a Kundalini en el Muladhara. Estas impresiones están latentes en el chitta hasta que la memoria activa en la budhi las reclama. Aquellas que son continuamente llevadas a la budhi tienen el hábito de recurrir incluso cuando no son deseadas: pensamientos habituales, ideas, sentimientos, opiniones, etc., que son el principal problema del Yogui hasta que el manas, donde tienen lugar, se aquieta.

Las emociones son los actos de la Voluntad que descienden al chitta y que toman allí la forma de impulsos. Existen tres variedades: impulsos del pensamiento, impulsos del sentimiento, e impulsos de acción. Los primeros reciben varios nombres: instintos, inspiraciones, introspecciones, intuiciones, etc.

Por lo tanto a lo que debe aspirar el Yogui es a deshacerse de la actividad de su chitta inferior o de las viejas impresiones aquietando el manas tal como describí en mi último capítulo; deshacerse de su pensamiento instintivo o de los impulsos del pensamiento por los mismos medios; deshacerse del hábito de actuar desde sus emociones permitiéndole a la voluntad silenciar sus impulsos y purificar sus emociones. Debería prohibir e inhibir por medio de su Voluntad toda acción o palabra que surja ciegamente de las pasiones o emociones que se agitan en su corazón. Las emociones, entonces, se aquietarán y deben ser habituadas a llegar como una especie de ola que se desplomase en el mar, en lugar de alzarse furiosamente hacia la acción. Estas olas tranquilas, que están satisfechas con existir y no piden satisfacción en la acción ni tratan de dominar la vida o las ideas, son las emociones purificadas. Aquellas que se elevan hasta la budhi y tratan de dar forma al pensamiento o a la opinión, aquellas que se exteriorizan en acción o palabra, son emociones asuddha (impuras). Lo que quiero decir es que las emociones en el chitta son solamente para el gozo; la acción debe ser dominada por un principio superior.

 

 

CONSIDERACIONES

Chittashakti afecta a las partes emocionales de la mente o antahkarana, al ser emocional y al puro ser psíquico

 

Nuestro pensamiento y sentimiento y,

como consecuencia nuestro estado de ánimo, disposición de acción, y acción propiamente dicha,

así como nuestra relación con las personas y,

la afectación que esto produce en ellas y en uno mismo,

y en la Naturaleza en general (animales, vegetales, Tierra, circunstancias, sucesos…)

dependen -directamente- de la conciencia subliminal o básica (chitta), que es sub-consciente o sub-mental.

Chitta, por tanto, tiene una importancia enorme.

Su purificación y transformación

es pieza clave, esencial e imprescindible

para avanzar hacia la Luz, el Despertar, la Consciencia, la Vida Divina.

 

Así como la planta depende de los nutrientes que tenga la tierra que le da soporte, nuestra vida, y por afectación en gran medida la de los demás seres, depende de qué nutrientes contenga nuestra conciencia básica o subliminal, Chitta.

 

 

 

CONCLUSIONES PRÁCTICAS

 

Podemos compendiar los programas instalados en chitta en dos grandes grupos (muy dependientes entre ambos): deseos y egoicidad, que todo lo emponzoñan y contaminan en detrimento de la ampliación del Ser.

 

 

Regeneración de Chitta, doble labor:

1- Ambos elementos (deseo y ego) han de ser extirpados en su raíz. Es una labor individual (personal) inventariarlos primero, es decir, verlos, hacerlos visibles, tomar “conciencia” de ellos ya que actúan desde la oscuridad del subconsciente, e ir destruyéndolos después.

 

2- Adquirir y aplicar Snigdhata, Tejahslagha, Kalyanasradhha y Premasamarthyam

 

A lo que habrá que añadir trascender los tres gunas (tamas, rajas, sattwa)

 

 

 

2.2.3.1 Snigdhata (Dulzura)

- Sentido de riqueza y contentamiento del sentimiento, elevada y amplia dulzura, apertura, gentileza, calma y claridad, igualdad de temperamento.

De base, partir de la aceptación de la Voluntad divina, cualquiera que esta sea, Sentido de plenitud en Esa Voluntad. Igualdad de disposición frente a lo favorable y a lo adverso.

Dulzura, gentileza, afecto… hacia todo lo que se nos presente en la vida (personas, cosas, eventos, circunstancias…)

 

2.2.3.2 Tejahslagha (Tejas – Luz, Fuego, Brillo, Esplendor – Fuerza)

- Abundante poder moral y abundante energía, fuerte y ardiente fuerza e intensidad, igualdad de temperamento.

Seguridad, ardor, firmeza, fuerza ante toda acción, trabajo… (en el camino hacia la Luz), plena aceptación de la Voluntad divina.

Dulzura y Fuerza no son antagónicos sino complementarios.

 

2.2.3.3 Kalyanasradhha (Kalyana sraddha)

- Confianza en la gracia divina, fe estable en Dios, gozo ecuánime en todas las cosas (estén a favor o en contra), creencia en el bien universal y una voluntad depositada en éste, una apertura al Ananda universal, (ver la más feliz intención espiritual detrás de la adversidad, el misterio del amor detrás del sufrimiento, la flor de la fuerza y dicha divinas en la semilla del dolor)

 

 

2.2.3.4 Premasamarthyam (Prema samarthyam)

- Capacidad de amar, sin deseo, anhelo o desánimo, capacidad de amor ilimitado hacia todos los seres y todos los objetos. Ver la unidad en el mundo mediante el entendimiento no basta a no ser que también la sintamos con el corazón y en el ser psíquico, y esto significa un deleite en el Uno y en todas las existencias del mundo en él, un amor de Dios y de todos los seres. La fe del corazón y la voluntad en el bien se fundan en una percepción de la única Divinidad inmanente en todas las cosas y que rige al mundo. El amor universal ha de fundarse en la visión del corazón y en el sentido psíquico y emocional de la Divinidad única, del Yo único en toda la existencia.

 

 

Volver al índice