REGISTRO DE YOGA

Sri Aurobindo

 

LOS SIETE CHATUSTHAYA

Investigación y prácticas sobre el modelo seguido por Sri Aurobindo para su realización en su Registro de Yoga

 

 

Fragmentos relacionados con el Chatusthaya segundo: DAIVI PRAKRITI O CHANDIBBHAVAH

 

Dado que hasta este momento no se han encontrado exposiciones más claras sobre Daivi Prakriti en "Registro de Yoga", tomamos fragmentos de lo que dice Sri Aurobindo en otros libros:

 

 

 

SÍNTESIS DEL YOGA, LIBRO I

 

INTRODUCCIÓN

LAS CONDICIONES DE LA SÍNTESIS

(Parte) V

Mas en la concepción integral el Alma Consciente es el Señor y el Alma-de-la-Naturaleza es su Energía ejecutiva. Purusha es de la naturaleza de Sat, consciente autoexistencia pura e infinita; Shakti o Prakriti es de la Naturaleza de Chit -es poder de la autoconsciente existencia pura e infinita de Purusha-. La relación de ambos existe entre los polos de reposo y acción. Cuando la Energía es absorbida en la bienaventuranza de la autoexistencia consciente, hay reposo; cuando Purusha se vuelca en la acción de su Energía, hay acción, creación y disfrute o Ananda del devenir.

 

Capítulo II

AUTOCONSAGRACIÓN

Si es que ha de efectuarse una transformación espiritual, no una modificación meramente iluminadora de nuestra naturaleza, hemos de llamar a la Divina Shakti para que realice esa obra milagrosa en el individuo; pues ella sola tiene la fuerza necesaria, decisiva, omnisapiente e ilimitable.

 

Capítulo III

AUTOSUMISION EN LAS OBRAS

EL METODO DEL GITA

Actuar en Dios y no en el ego. Y aquí, primero, no elegir la acción por referencia a necesidades y normas personales, sino obedeciendo los dictados de la suprema Verdad viviente que está por encima de nosotros. Luego, tan pronto como estemos suficientemente fundados en la conciencia espiritual, no actuar ya más mediante nuestra voluntad o movimiento separados, sino permitir cada vez más que la acción se produzca y desarrolle bajo impulso y guía de una Voluntad divina que nos sobrepasa. Y por último, el resultado supremo; ser exaltado a una identidad en el conocimiento, fuerza, conciencia, acción y dicha de la existencia con la Divina Shakti; sentir un movimiento dinámico no dominado por deseo moral ni instinto vital ni impulso e ilusorio libre albedrío mental, sino concebido y evolucionado luminosamente en un autodeleite inmortal y un autoconocimiento infinito. Pues esta es la acción que llega mediante una sujeción consciente y una fusión del hombre natural en el Yo divino y en el Espíritu eterno; es el Espíritu que trasciende y guía por siempre esta Naturaleza mundana.

 

Capítulo VI

EL ASCENSO DEL SACRIFICIO (2)

Por más corrompido y mal empleado que sea, como el Amor y el Conocimiento también son corrompidos y mal empleados, el Poder es divino y está aquí para un empleo divino. Shakti, la Voluntad, el Poder, maneja los mundos y siendo Conocimiento-Fuerza, Amor-Fuerza, Fuerza Vital, Acción-Fuerza o Fuerza-Corporal, es siempre espiritual en su origen y divina en su carácter.

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Debe aprenderse a oír y acatar la voz del alma recóndita, la dirección del Gurú, el mandato del Maestro y el accionar de la Madre Divina.

 

Capítulo VIII

LA VOLUNTAD SUPREMA

Prakriti, la Fuerza de la Naturaleza, al frente, y Shakti, la Fuerza Consciente, la Fuerza del Alma, detrás de ella -pues ambos son los rostros interno y externo de la Madre universal- importan para todo lo que se realiza en el universo. La Madre Universal, Prakriti-Shakti, es la única que trabaja.

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Pero tampoco este Jiva Purusha es el hacedor de las obras como no lo es el ego ni la conciencia sustentadora del Testigo y Conocedor. Otra vez y siempre la Shakti trascendente y universal es la única hacedora. Pero detrás de ella está el único Supremo que se manifiesta a través de ella como poder dual, Purusha-Prakriti, Ishwara-Shakti  ((Ishwara-Shakti no es lo mismo que Purusha-Prakriti; Purusha y Prakriti son poderes separados, pero Ishwara y Shakti se contienen mutuamente. Ishwara es Purusha que contiene á Prakriti y gobierna dentro de él mediante el poder de Shakti. Shakti es Prakriti animada por Purusha y actúa mediante la voluntad de Ishwara que es su propia voluntad y cuya presencia en sus movimientos ella lleva siempre consigo. La realización de Purusha-Prakriti es de primera utilidad para quien busca la perfección por el Camino de las Obras; pues la separación del ser consciente y la Energía o sujeción del ser al mecanismo de la Energía son la causa eficiente de nuestra ignorancia e imperfección; mediante esta realización el ser puede liberarse de la acción mecánica de la naturaleza, ser él mismo libre y arribar a un primer control espiritual de la naturaleza. Ishwara-Shakti se halla detrás de la relación de Purusha-Prakriti y su acción ignorante, convirtiéndola en finalidad evolutiva. La realización del Ishwara-Shakti puede introducir participación en un dinamismo superior y actividad divina, unidad y armonía totales del ser dentro de una naturaleza espiritual.)). El Supremo se dinamiza como Shakti y es, mediante ella, el único originador y Amo de las obras del universo.

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Por encima de él y en su derredor está Shakti, la Madre universal y de ella puede lograr todas sus necesidades y anhelos recónditos del alma si sólo cuenta con un verdadero sometimiento en ella a la Voluntad divina. Finalmente toma conciencia de ese supremo Yo dinámico que está dentro de él y de la Naturaleza, y que es la fuente de toda su visión y conocimiento, la fuente de la sanción, la fuente de la aceptación, la fuente del rechazo. Este es el Señor, el Supremo, el Uno-en-todos, Ishwara-Shakti, de quien su alma es una porción, un ser de ese Ser y un poder de ese Poder. El resto de nuestro progreso depende de nuestro conocimiento de los medios por los que el Señor de las obras manifiesta su Voluntad en el mundo y en nosotros, ejecutándolos a través de la Shakti trascendente y universal.

 

Capítulo IX 

LA IGUALDAD Y LA ANIQUILACION DEL EGO

Al fin, así como el apegarse al fruto de la obra y a la obra misma fue extirpado del corazón, de igual manera ha de abandonarse también el último apego a la idea y sentido de nosotros mismos como si fuésemos hacedores; la Divina Shakti debe conocerse y sentirse por encima y dentro de nosotros como la trabajadora verdadera y única.

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Si podemos traspasar estas dos etapas del cambio interior sin detenernos ni fijarnos en ninguna de ellas, se nos admite en una mayor ecuanimidad divina, capaz de ardor espiritual y tranquila pasión gozosa, ecuanimidad omnicomprensiva y omniposesora del alma perfeccionada, intensidad, amplitud y plenitud de su ser abarcando todas las cosas. Este es el período supremo y para llegar a él hay que pasar por la dicha de una total autoentrega a la Divinidad y a la Madre universal.

 

TRASFORMACIÓN DE LOS GUNAS - GUNAS, REPRESENTACIÓN DE LO SUPERIOR

La pugna de los gunas es sólo una representación en la imperfección de la naturaleza inferior; lo que los tres gunas significan se refiere a los tres poderes esenciales de la Divinidad, que no son meramente existentes en un perfecto equilibrio quietista sino que están unificados en un perfecto consenso de acción divina. Tamas, en el ser espiritual, se convierte en una calma divina, que no es inercia ni incapacidad de acción, sino poder perfecto, sakti, que retiene en sí toda su capacidad y que es capaz de controlar y someter a la ley de la calma hasta a la actividad más estupenda y enorme; rajas se convierte en una Voluntad pura, autoefectiva e iniciadora, del espíritu, que no es deseo, esfuerzo, pasión pugnaz, sino el mismo poder perfecto de ser, sakti, capaz de una acción infinita, imperturbable y bienaventurada. Sattwa no se convierte en la luz mental modificada, prakása, sino en la luz autoexistente del ser divino, jyoti, que es el alma del poder perfecto del ser e ilumina en su unidad la quietud divina y la voluntad divina de la acción. La liberación ordinaria obtiene la quieta luz divina en la divina quietud, pero la perfección integral apuntará a esta mayor unidad triuna.

 

Capitulo X

LAS TRES MODALIDADES DE LA NATURALEZA

(Indispensable trascender los tres gunas -np)

Es indispensable que el alma trascienda la acción natural de la Prakriti inferior para liberarse en sí y en sus obras. La armónica sujeción a esta real Naturaleza universal, condición de obra buena y perfecta para los instrumentos naturales, no es ideal del alma, que más bien ha de someterse a Dios y a su Shakti, pero dominando su propia naturaleza. Como medio o canal de la Voluntad Suprema debe determinar, mediante su visión y sanción o rechazo, el uso que hará de la reserva de energía, las condiciones del medio y el ritmo del movimiento combinado suministrados por Prakriti para la labor de los instrumentos naturales: mente, vida y cuerpo. Pero esta Naturaleza inferior sólo puede ser dominada si se la Supera y utiliza desde lo alto. Y esto sólo puede efectuarse mediante trascendencia de sus fuerzas, cualidades y modalidades de acción; de lo contrario, nos sometemos a sus condiciones, quedamos dominados sin socorro por ella y no nos liberamos espiritualmente.

 

Capítulo XI

EL AMO DE LAS OBRAS

TOMAR CONCIENCIA Y REALIZAR LA VERDAD SUPREMA

El Amo y Motor de nuestras obras es el Uno, el Universal y Supremo, el Eterno e Infinito. Es el trascendente Absoluto desconocido e incognoscible, el Inefable inexpresado e inmanifestado por encima de nosotros; pero también es el Yo de todos los seres, el Amo de todos los mundos, que trasciende todos los mundos, la Luz y la Guía, el Omni-Bello y Omni-Bienaventurado, el Amado y el Amante. Es el Espíritu Cósmico y toda esta Energía creadora que nos rodea; es el Inmanente que está dentro de nosotros. Todo cuanto existe es él, y es el Más de todo lo que es, y nosotros mismos, aunque no lo sepamos, somos ser de su ser, fuerza de su fuerza, conscientes de una conciencia derivada de la suya; hasta nuestra existencia mortal está hecha con su sustancia y dentro de nosotros hay un inmortal que es chispa de la Luz y Bienaventuranza que existen eternamente. Sin tener en cuenta si lo es por conocimiento, obras, amor o cualquier otro medio, tomar conciencia de esta verdad de nuestro ser, realizarla y hacerla efectiva aquí o en otra parte es el objeto de todo el Yoga.

Pero el pasaje es largo y el esfuerzo arduo antes de que podamos verlo con ojos que vean la verdad, y aun más prolongado y más arduo debe ser nuestro esfuerzo si hemos de reconstruirnos según su verdadera imagen. El Amo de la obra no se revela de inmediato a quien le busca. Siempre es su Poder el que actúa detrás del velo, pero se manifiesta sólo cuando renunciamos al egoísmo del trabajador, y su movimiento directo crece en proporción con la concreción cada vez mayor del renunciamiento. Sólo cuando nuestra sumisión a su divina Shakti es absoluta, tendremos derecho a vivir en su presencia absoluta. Y sólo entonces podemos ver a través de ella nuestra obra natural, completa y simplemente según el molde de la Voluntad Divina.

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LOS TRES PASOS DEL SENDERO:

El primer paso en este largo sendero es consagrar todas nuestras obras como sacrificio a la Divinidad que está en nosotros y en el mundo; ésta es una actitud de la mente y del corazón, no demasiado difícil de iniciar, pero muy difícil de tornarla absolutamente sincera y omnipenetrante. El segundo paso es renunciar al apego al fruto de las obras; pues el único fruto verdadero, inevitable y cabalmente deseable del sacrificio -lo único necesario- es la Presencia Divina y la Conciencia y Poder Divinos en nosotros, y si se logra eso, todo lo demás se da por añadidura. Esta es una transformación de la voluntad egoísta en nuestro ser vital, en nuestra alma del deseo y naturaleza del deseo; y es mucho más difícil que lo otro. El tercer paso es desembarazarse del egoísmo central e incluso del sentido del ego de quien trabaja. Esa es la transformación más difícil de todas y no puede realizarse a la perfección si no se emprendieron los otros dos pasos; pero estos primeros pasos tampoco pueden completarse a menos que el tercero corone el movimiento y, por extinción del egoísmo, erradique el origen mismo del deseo. Sólo cuando el pequeño sentido del ego es erradicado de la naturaleza, quien busca la perfección puede conocer su verdadera persona que está en lo alto como porción y poder de la Divinidad, y renunciar a toda fuerza motora distinta de la voluntad de la Shakti Divina.

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Sólo cuando nos franqueamos a la Divina Shakti en la verdad de su fuerza, que trasciende esta Prakriti inferior, podemos ser instrumentos perfectos de su poder y conocimiento.

No sólo la liberación sino también la perfección deben ser el objetivo del Karma-Yoga. La Divinidad trabaja a través de nuestra naturaleza y de acuerdo con ella; si nuestra naturaleza es imperfecta, la obra también será imperfecta, mixta e inadecuada. Puede incluso estar desfigurada por burdos errores, falsedades, debilidad moral e influencias descarriantes. La obra de la Divinidad entonces se efectuará incluso en nosotros, pero de acuerdo con nuestra debilidad, no de acuerdo con la fuerza y pureza de su fuente. (Referido a 2.3.1 Maheshwari -np)

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SUMISIÓN A SAKTI, IDENTIDAD CÓSMICA

Ya no existe el sentido de nosotros moviéndonos, pensando o sintiendo sino el de ese movimiento, sentimiento y pensamiento realizado en nosotros. Esta fuerza que sentimos es la Fuerza universal de la Divinidad que, velada o no, actuando directamente o permitiendo el uso de sus poderes por parte de los seres del cosmos, es la Energía única que por sí sola existe y hace posible la acción universal e individual. Pues esta fuerza es la Divinidad misma en el cuerpo de su poder; todo es ese poder activo, ese poder pensante y cognoscitivo, poder dominante y disfrutante, poder amoroso. Siempre conscientes y en todo, en nosotros y en los demás, del Amo de las Obras que posee, habita y disfruta a través de esta Fuerza que es él mismo, que a través de ella deviene todas las existencias y todos los sucesos, habremos llegado a la unión divina a través de las obras y alcanzado, mediante esa realización en las obras, todo cuanto los demás obtuvieron a través de la devoción absoluta o el puro conocimiento.

 

Capítulo XII

LA OBRA DIVINA

En cierto sentido, cuando su Yoga alcanzó cierta culminación, las obras cesan para el hombre; pues ya no tiene necesidad ulterior, ni sentido de las obras efectuadas por él; pero no es menester eludir la acción ni refugiarse en una bienaventurada inercia. Pues ahora actúa como la Existencia Divina lo hace sin ninguna necesidad obligatoria ni ignorancia compulsiva. Hasta al efectuar las obras no trabaja para nada; no emprende iniciativa personal alguna. Es la Divina Shakti que trabaja en él a través de su naturaleza; su acción se desarrolla a través de la espontaneidad de una Fuerza suprema por la que son poseídos sus instrumentos, de la cual es parte, con cuya voluntad su voluntad es idéntica y su poder es el poder de ella. El espíritu dentro de él contiene, sostiene y contempla esta acción; la preside en el conocimiento pero la aglutina o ajusta a la OBRA por apego o necesidad, no está atado por el deseo de su fruto, ni está esclavizado por ningún movimiento o impulso.

 

Capítulo XIII

LA SUPERMENTE Y EL YOGA DE LAS OBRAS

El poder llega inevitablemente mediante el cambio supramental, es condición necesaria de una acción perfecta: pero es la Shakti Divina la que llega y asume la naturaleza y la vida, el poder del Uno que actúa a través del individuo espiritual; no es un engrandecimiento de la fuerza personal, ni la postrera realización culminante del ego separativo mental y vital. La autorrealización es resultado del Yoga, pero su objetivo no es la grandeza del individuo. El único objetivo es una perfección espiritual, un descubrimiento del yo verdadero y una unión con la Divinidad, invistiendo la conciencia y naturaleza divinas(sadharmya mukti).

 

 

 

 

SÍNTESIS DEL YOGA, LIBRO II

 

Capítulo I

EL OBJETO DEL CONOCIMIENTO

En realidad, el pensamiento es sólo un explorador y un pionero: puede guiar pero no mandar ni efectivizar. El líder del viaje, el capitán de la marcha, el primero y más anciano sacerdote de nuestro sacrificio es la Voluntad. Esta Voluntad no es el deseo del corazón ni la exigencia o preferencia de la mente a los que a menudo les damos ese nombre. Es esa fuerza consciente recóndita, dominante y, a menudo velada, de nuestro ser y de todo el ser, de Tapas, Shakti, Shraddha, que soberanamente determina nuestra orientación y con respecto al cual nuestro intelecto y corazón son siervos e instrumentos más o menos ciegos y automáticos.

 

 

 

 

SÍNTESIS DEL YOGA, LIBRO III

 

Capítulo III – LA PSICOLOGÍA DE LA AUTOPERFECCIÓN

La naturaleza es Prakriti, Maya y Shakti. Si la observamos en su aspecto más externo donde parece lo opuesto de Purusha, ella es Prakriti, una operación automanejada, inerte y mecánica, inconsciente o consciente sólo por la luz de Purusha, elevada por varios grados (vitales, mentales y supramentales), de la iluminación anímica de su accionar. Si la observamos en su otro aspecto interno donde se desplaza más próxima a la unidad con Purusha, ella es Maya, la voluntad del ser y del devenir, o del cese del ser y del devenir con todos sus resultados (aparentes para la conciencia), de involución y evolución, existentes y no existentes, el autoocultamiento del espíritu y el autodescubrimiento del espíritu. Ambos son aspectos de una sola y misma cosa, Shakti, poder del ser del espíritu que opera, superconsciente, consciente o subconscientemente en una inconciencia aparente -de hecho, todos estos movimientos coexisten al mismo tiempo y en la misma alma-, como el poder espiritual del conocimiento, el poder de la voluntad, el poder del proceso y acción, jñána-sakti, icchá-sakti, kriya-sakti. Mediante este poder, el espíritu crea en sí todas las cosas, se oculta y descubre totalmente en la forma y detrás del velo de su manifestación.

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En él, aunque es un ser mental corporizado, la mente tiene que llevar el control del cuerpo y la vida física, y sólo mediante un esfuerzo más o menos considerable de energía y concentración puede controlar conscientemente la vida y el cuerpo. Sólo incrementando el control, puede desplazarse hacia la perfección -y sólo puede alcanzar ésta desarrollando el poder del alma-. El poder de la Naturaleza ha de convertirse, en él, en un acto más o menos completamente consciente del alma, en una expresión consciente de toda la voluntad y conocimiento del espíritu. Prakriti ha de revelarse como la Shakti del Purusha.

 

Capítulo VII – PURIFICACIÓN – INTELIGENCIA Y VOLUNTAD

El pensamiento y la voluntad han de sustraerse y desapegarse del deseo, de la emoción perturbadora, del impulso desviante o dominador, y actuar por sus fueros hasta descubrir una guía mayor, una Voluntad, Tapas o Shakti divina que ocupe el lugar del deseo y de la voluntad e impulso mentales, un Ananda o deleite puro del espíritu y un iluminado conocimiento espiritual que los exprese en la acción de aquella Shakti. Este completo desapego, imposible sin un entero autogobierno, ecuanimidad y calma, es el paso más seguro para la purificación del buddhi. Una mente calma, ecuánime y desapegada es la única que puede reflejar la paz o la base de la acción del espíritu liberado.

 

Capítulo X – LOS ELEMENTOS DE LA PERFECCIÓN

2- MANIFESTACIÓN DE PURUSHA

La siguiente necesidad de la perfección consiste en elevar todas las partes activas de la naturaleza humana a aquella condición y accionar supremos que es la culminación de su poder y capacidad, sakti, en la que pueden ser divinizados como verdaderos instrumentos de la acción libre, perfecta, espiritual y divina. A los fines prácticos podemos tomar al entendimiento, al corazón, al prana y al cuerpo como los cuatro miembros de nuestra naturaleza que han de prepararse de esa manera, y hemos de descubrir los términos constitutivos de su perfección. En nosotros también está la fuerza dinámica (vírya) del temperamento, carácter y naturaleza anímica, swabháva, que efectiviza en la acción al poder de nuestros miembros y les acuerda su tipo y dirección; esto ha de liberarse de sus limitaciones, ampliarse y redondearse de modo que, en nosotros, toda la humanidad se convierta en base de la humanidad divina, cuando el Purusha, el Hombre real que está en nosotros, el Alma divina, actúe plenamente en este instrumento humano y brille con plenitud a través de este vaso humano. Para divinizar a la naturaleza perfeccionada tenemos que convocar al Poder divino o Shakti para reemplazar nuestra limitada energía humana de modo que ésta puede modelarse con ella, daiví prakrti, bhágavatí sakti. Esta perfección crecerá en la medida en que podamos someternos, primero, a la guía y, luego, dirigir la acción de ese Poder y del Amo de nuestro ser y de nuestras obras al que ésta pertenece, y a estos fines la fe es lo esencial, la fe es el gran poder motor de nuestro ser en nuestras aspiraciones hacia la perfección –aquí, una fe en Dios y Shakti que comenzará en el corazón y el entendimiento, pero que tomará posesión de toda nuestra naturaleza, de toda su conciencia y de toda su fuerza motriz dinámica. Estas cuatro cosas son la esencia de este segundo elemento de perfección, los plenos poderes de los miembros de la naturaleza instrumental, la dynamis perfeccionada de la naturaleza anímica, la asunción de ellos en la acción del Poder divino, y una fe perfecta en todos nuestros miembros para convocar y sostener esa asunción, sakti, vírya, daiví prakrti, sraddhá.

 

CAPÍTULO XVI – LA DIVINA SHAKTI

A medida que la mente progresa en cuanto a pureza, capacidad de quietud o libertad con respecto a la absorción en su propia acción limitada, es consciente y capaz de reflejar, introducir en sí o entrar en la presencia consciente del Yo, del Espíritu supremo y universal, y también toma conciencia de los grados y poderes del espíritu superior a sus propios alcances supremos. Toma conciencia de un infinito de la conciencia del ser, un océano infinito de todo el poder y energía de la conciencia ilimitable, un océano infinito de Ananda, del automovido deleite de la existencia. Sólo puede tomar conciencia de una u otra de estas cosas, pues la mente puede separar y sentir exclusivamente como principios originales distintos lo que en una experiencia superior son poderes inseparables del Uno, o puede sentirlos en una trinidad o fusión que revela su unidad o arriba a ésta. Puede tomar conciencia del aspecto de Purusha o del aspecto de Prakriti. Por el lado de Purusha se revela como Yo o Espíritu, como Ser o como el único Ser existente, el divino Purushottama, y el alma individual de Jiva puede entrar en entera unidad con él en su yo intemporal o en su universalidad, o disfrutar su proximidad, inmanencia, diferencia sin abismo separativo alguno y disfrutar también inseparable y simultáneamente la unidad del ser y la exultante diferencia de relación dentro de la activa naturaleza experimentadora. Por el lado de Prakriti, el poder y el Ananda del Espíritu se ubican al frente para manifestar este Infinito en los seres y personalidades, ideas, formas y fuerzas del universo y entonces se nos presenta la divina Mahashakti, el Poder original, la Naturaleza suprema, manteniendo en sí la existencia infinita y creando las maravillas del cosmos. La mente crece consciente de este océano ilimitable de Shakti o de su presencia muy por encima de la mente y volcando en nosotros algo de sí para constituir todo lo que somos, pensamos, queremos, hacemos, sentimos y experimentamos, o es consciente de ella rodeándonos totalmente junto con nuestra personalidad como una ola del océano del poder del espíritu, o de su presencia en nosotros y de su acción basada en nuestra forma actual de existencia natural pero originada desde lo alto y elevándonos hacia el superior estado espiritual. La mente también puede elevarse hacia ella y tocar su infinitud o fundirse en sí en el trance de samadhi o puede perderse en su universalidad, y entonces desaparece nuestra individualidad, nuestro centro de acción ya no está más en nosotros, sino fuera de nuestros yoes corporizados o en ninguna parte; nuestras actividades mentales ya no nos pertenecen, sino que se introducen en esta estructura mental, vital y física desde lo universal, se estructuran y pasan sin dejar en nosotros impresión alguna, y esta estructura de nosotros mismos es también sólo una circunstancia insignificante en su vastedad cósmica. Mas la perfección buscada en el Yoga integral no ha de ser solamente una con la de Shakti en su supremo poder espiritual y una con Shakti en su acción universal, sino que ha de realizar y poseer la plenitud de esta Shakti en nuestro ser y naturaleza individuales. Pues el Espíritu supremo es uno como Purusha o como Prakriti, ser consciente o poder del ser consciente, y así como el Jiva en la esencia del yo y espíritu es uno con el Purusha supremo, de igual manera, por el lado de la Naturaleza, en el poder del yo y del espíritu es uno con Shakti, pará prakrtir jívabhútá. Realizar esta doble unidad es la condición de la autoperfección integral. El Jiva es, entonces, el lugar de reunión del juego de la unidad del Alma suprema y la Naturaleza.

SHAKTI ASUME NUESTRAS ACTIVIDADES

Para alcanzar esta perfección tenemos que tomar conciencia de la Shakti divina, atraerla hacia nosotros y hacerla entrar a llenar todo el sistema y asumir el cargo de nuestras actividades. Entonces no habrá voluntad personal separada ni energía individual que traten de conducir nuestras acciones, ni sentido de un pequeño yo personal como el hacedor, ni existirá la energía inferior de los tres gunas de la naturaleza mental, vital y física. La divina Shakti nos llenará, presidirá y asumirá todas nuestras actividades interiores, nuestra vida externa, nuestro Yoga. Asumirá la energía mental, su propia formación inferior y la elevará hacia sus poderes más elevados, puros y plenos de la inteligencia, voluntad y acción física. Ella cambiará las energías mecánicas de la mente, la vida y el cuerpo, que nos gobiernan, en manifestaciones rebosantes de deleite de su propia vida, poder consciente y presencia. Ella manifestará en nosotros y relacionará una con otra las diversas experiencias espirituales de las que la mente es capaz. Y como culminación de este proceso hará descender la luz supramental en los niveles mentales, cambiar la materia de la mente en materia de la supermente, transformar todas las energías inferiores en energías de su naturaleza supramental y elevarnos en nuestro ser gnóstico. La Shakti se revelará como los poderes del Purushottama, y es el Ishwara quien se manifestará en su fuerza de la supermente y espíritu, y será el amo de nuestro ser, acción, vida y Yoga.

 

Capítulo XVII - LA ACCIÓN DE LA DIVINA SHAKTI

Es importante realizar las recomendaciones de este capítulo para vivir la Shakti.

En realidad este DEBE SER el capítulo -completo- relacionado con daivi prakriti

 

Capítulo XVIII - LA FE Y SHAKTI

Hay una clase de fe en Dios y Shakti, fe en la presencia y poder de la Divinidad en nosotros y en el mundo, fe en que todo en el mundo es el accionar de la única Shakti divina, fe en que todos los pasos del Yoga, sus pujas y sufrimiento y fracasos al igual que sus triunfos, satisfacciones y victorias son utilidades y necesidades de su accionar y que mediante una firme y fuerte dependencia de la Divinidad y su Shakti en nosotros y una total autosumisión a éstos poderes alcanzan la unidad, libertad, victoria y perfección.

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FE EN EL PODER DE LA SHAKTI

El sadhaka ha de tener presente, en la mayor medida posible, que su fortaleza no le pertenece según el sentido egoísta sino que es la de la Shakti divina y universal, y utilizarla egoístamente debe ser causa de limitación y, al fin, un obstáculo. El poder de la Shakti divina y universal que está detrás de nuestra aspiración es ilimitable, y cuando se lo convoca correctamente no puede fallar en volcarse dentro de nosotros, eliminando cualquier incapacidad y obstáculo, ahora y después; pues los tiempos y duraciones de nuestra lucha, mientras dependan al principio, instrumentalmente y en parte, de la fortaleza de nuestra fe y esfuerzo, están aun eventualmente en manos del Espíritu secreto sabiamente determinante, único Amo del Yoga, el Ishwara.

Maheswari - Mahakali - Mahalakshmi - Mahasaraswati

La fe en la Shakti divina debe respaldar siempre nuestra fortaleza y cuando aquélla se manifiesta, debe ser o crecer implícita y completa. Para ella nada hay imposible pues es el Poder consciente y la Diosa universal omnicreadora desde la eternidad y armada con la omnipotencia del Espíritu. Todo conocimiento, todas las fortalezas, todo triunfo y victoria, toda habilidad y todas las obras están en sus manos y están llenos de los tesoros del Espíritu y de todas las perfecciones y siddhis. Ella es Maheswari, diosa del conocimiento supremo, y nos trae su visión para todo género y amplitud de verdad, su rectitud de voluntad espiritual, la calma y pasión de su vastedad supramental, su felicidad iluminativa; ella es Mahakali, diosa de la fortaleza suprema, y con ella todo es potencia y fuerza espiritual y rigurosísima austeridad de tapas y rapidez para la batalla, la victoria y el júbilo, el attahasya, que convierte en luz a la derrota, la muerte y los poderes de la ignorancia: ella es Mahalakshmi, la diosa del amor y deleite supremos, y sus dones son la gracia del espíritu y el encanto y la belleza del Ananda y la protección y toda bendición divina y humana; ella es Mahasaraswati, la diosa de la habilidad divina y de las obras del Espíritu, y a ella pertenece el Yoga que es la habilidad en las obras, yogah karmasu. kausalam, y las utilidades del conocimiento divino y la autoaplicación del espíritu a la vida y la felicidad de sus armonías. Y en todos sus poderes y formas ella lleva consigo el sentido supremo de todos los dominios del eterno Ishwari, una capacidad rápida y divina para todo género de acción que el instrumento le reclame, unidad, simpatía participadora, libre identidad, con todas las energías en todos los seres y, por lo tanto, una armonía espontánea y fructífera con toda la voluntad divina del universo. El íntimo sentimiento de su presencia y poderes y el satisfecho asentimiento de todo nuestro ser hacia su accionar en él y en torno de él es la perfección última de la fe en la Shakti.

 

Capítulo XXIV – EL SENTIDO SUPRAMENTAL

El primer resultado consiste en que se abaten las limitaciones de nuestro ser vital individual y ya no vivimos con una fuerza vital personal, o no lo hacemos con ella ordinariamente, sino en y por la energía vital universal. Es todo el Prana universal que conscientemente fluye dentro y a través de nosotros, mantiene allí un constante torbellino dinámico, un inseparado centro de su poder, una vibrante estación de almacenamiento y comunicación, la llena constantemente con sus fuerzas y las vuelca activamente sobre el mundo que nos rodea. Además, esta energía vital no la sentimos meramente como océano vital y sus corrientes, sino como medio, forma, cuerpo y emanación vitales de una Shakti universal, consciente, y esa Shakti consciente se revela como Shit Shakti de la Divinidad, Energía del Yo y Purusha trascendente y universal del cual -ó más bien de quien- nuestra individualidad universalizada se convierte en instrumento y canal. Como resultado nos sentimos uno solo en la vida con todos los demás y uno solo con la vida de toda la Naturaleza y de todas las cosas del universo. Hay una comunicación libre y consciente de la energía vital que trabaja en nosotros con la misma energía que trabaja en los demás. Somos conscientes de su vida como si fuese la nuestra o, al menos, del toque y presión y movimientos comunicados de nuestro ser vital sobre ellos y de ellos sobre nosotros.

 

 

 

 

ENSAYO SOBRE LA GUITA

 

La mente y el alma humanas del hombre liberado no hacen nada, na kiñcit karoti; incluso aunque esté ocupado en la acción a través de su naturaleza, es la Naturaleza, la Shakti ejecutiva, es la diosa consciente gobernada por el Habitante divino quien lleva a cabo la obra.

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Debe existir una renuncia de la falsa idea de que nosotros mismos somos los ejecutores; porque en realidad, es la Shakti universal, quien obra a través de nuestra personalidad y de nuestro ego. La transferencia espiritual de todas nuestras obras al Señor y a su Shakti es el sannyasa real en la enseñanza de la Gîtâ.

 

 

 

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