REGISTRO DE YOGA

Sri Aurobindo

 

LOS SIETE CHATUSTHAYA

Investigación y prácticas sobre el modelo seguido por Sri Aurobindo para su realización en su Registro de Yoga

 

 

 

LOS CHATUSTHAYAS según el Capítulo X – LOS ELEMENTOS DE LA PERFECCIÓN

de Síntesis del Yoga, libro III

(En los siguientes capítulos se dan más detalle de cada uno de los Chatusthayas)

 

 

Cuando el yo se purifica de la acción equivocada y confusa de la Naturaleza instrumental y se libera en su ser, conciencia, poder y bienaventuranza autoexistentes, y la Naturaleza se libera de la confusión de esta acción inferior de los gunas en pugna y de las dualidades, en la elevada verdad de la calma divina y de la acción divina, entonces se posibilita la perfección. La purificación y la libertad son los antecedentes indispensables de la perfección. Una autoperfección espiritual sólo puede significar un desarrollo en la unidad con la naturaleza del ser divino, y por lo tanto, de acuerdo con nuestra concepción del ser divino será el objetivo, el esfuerzo y el método de nuestra búsqueda de esta perfección. Para el Mayavadin la verdad suprema o más bien la única verdad real del ser es el Absoluto impasible, impersonal y autoconsciente y, por lo tanto, su idea de perfección es desarrollarse en una calma impasible, en una impersonalidad y pura autoconciencia espiritual y su método es un rechazo del ser cósmico e individual y un afincamiento en el autoconocimiento silencioso. Para el Budista, para quien la verdad suprema es una negación del ser, el método perfecto es un reconocimiento de la impermanencia y dolor del ser y la desastrosa nulidad del deseo y una disolución del egoísmo, de las sustentadoras asociaciones de la Idea y las sucesiones del Karma. Otras ideas del Supremo son menos negativas; cada una, según su propio criterio, se orienta hacia una semejanza con el Divino, sadrsya, y cada una descubre su propio método, tal como el amor y la adoración del Bhakta y el desarrollarse en semejanza con el Divino, mediante el amor. Pero para el Yoga integral, la perfección significará un espíritu divino y una naturaleza divina que admitirán una relación y acción divinas en el mundo; también significará, en su totalidad, una divinización de toda la naturaleza, un rechazo de todos sus vínculos equivocados del ser y la acción, pero no rechazo de cualquier parte de nuestro ser ni de cualquier campo de nuestra acción. La aproximación a la perfección debe ser, por lo tanto, un movimiento vasto y complejo, y sus resultados y acciones tendrán una perspectiva infinita y variada. Para hallar una clave y un método debemos fijamos sobre ciertos elementos y requisitos esenciales y fundamentales de la perfección, siddhi; pues si se aseguran éstos, se descubrirá que todo el resto es sólo su natural desarrollo o accionar peculiar. Podemos plasmar estos elementos en seis divisiones, en gran medida interdependientes una de otra pero, en cierto sentido, naturalmente sucesivas en su orden de logro. El movimiento partirá en una igualdad básica del alma y se remontará a una acción ideal de la Divinidad a través de nuestro ser perfeccionado en la vastedad de la unidad Bráhmica.

 

REQUISITOS ESENCIALES DE LA PERFECCIÓN

1- IGUALDAD

La primera necesidad es un equilibrio fundamental del alma en su ser esencial y en su ser natural, que considera y encuentra las cosas, impactos y accionar de la Naturaleza. Arribaremos a este equilibrio desarrollándonos en una igualdad perfecta, samatá. El yo, el espíritu o Brhaman es uno en todos y, por lo tanto, uno para todos; como se dice en el Gita que desarrolló plenamente esta idea de igualdad e indicó su experiencia al menos en un aspecto de la igualdad; es el Brhaman igual, saman brahma; el Gita, en un pasaje llega hasta identificar la igualdad con el yoga, smtvm yog ucyte. Vale decir, la igualdad es el signo de la unidad con el Brahman, del llegar a ser Brahman, de desarrollarse dentro de un imperturbado equilibrio espiritual del ser en el infinito. Difícilmente puede exagerarse su importancia; pues es el signo de haber traspuesto las determinaciones egoístas de nuestra naturaleza, de nuestra conquista de nuestra esclavizada respuesta a las dualidades, de nuestra trascendencia de la mutable confusión de los gunas, de nuestro ingreso en la calma y paz de la liberación. La igualdad es un término de la conciencia que introduce en todo nuestro ser y naturaleza la tranquilidad eterna del Infinito. Es más, se trata de la condición de una acción segura y perfectamente divina; la seguridad y vastedad de la acción cósmica del Infinito se basa sobre su tranquilidad eterna y jamás la abate ni la pierde. Eso debe ser también el carácter de la perfecta acción espiritual; su principio más recóndito debe consistir en ser igual y uno para todas las cosas en espíritu, entendimiento, mente, corazón y conciencia natural –hasta en la conciencia más física-, y efectuar todas sus acciones, cualquiera sea su adapatación a la cosa por realizar, lleno siempre e indisminuiblemente de la igualdad y calma divinas. Puede decirse que ese es el aspecto pasivo o básico, fundamental y receptivo, de la igualdad, pero también es un aspecto activo y posesivo, una bienaventuranza igual que sólo puede llegar cuando se funda la paz y la igualdad, la que es la flor beatífica de su plenitud.

 

2- MANIFESTACIÓN DE PURUSHA

La siguiente necesidad de la perfección consiste en elevar todas las partes activas de la naturaleza humana a aquella condición y accionar supremos que es la culminación de su poder y capacidad, sakti, en la que pueden ser divinizados como verdaderos instrumentos de la acción libre, perfecta, espiritual y divina. A los fines prácticos podemos tomar al entendimiento, al corazón, al prana y al cuerpo como los cuatro miembros de nuestra naturaleza que han de prepararse de esa manera, y hemos de descubrir los términos constitutivos de su perfección. En nosotros también está la fuerza dinámica (vírya) del temperamento, carácter y naturaleza anímica, swabháva, que efectiviza en la acción al poder de nuestros miembros y les acuerda su tipo y dirección; esto ha de liberarse de sus limitaciones, ampliarse y redondearse de modo que, en nosotros, toda la humanidad se convierta en base de la humanidad divina, cuando el Purusha, el Hombre real que está en nosotros, el Alma divina, actúe plenamente en este instrumento humano y brille con plenitud a través de este vaso humano. Para divinizar a la naturaleza perfeccionada tenemos que convocar al Poder divino o Shakti para reemplazar nuestra limitada energía humana de modo que ésta puede modelarse con ella, daiví prakrti, bhágavatí sakti. Esta perfección crecerá en la medida en que podamos someternos, primero, a la guía y, luego, dirigir la acción de ese Poder y del Amo de nuestro ser y de nuestras obras al que ésta pertenece, y a estos fines la fe es lo esencial, la fe es el gran poder motor de nuestro ser en nuestras aspiraciones hacia la perfección –aquí, una fe en Dios y Shakti que comenzará en el corazón y el entendimiento, pero que tomará posesión de toda nuestra naturaleza, de toda su conciencia y de toda su fuerza motriz dinámica. Estas cuatro cosas son la esencia de este segundo elemento de perfección, los plenos poderes de los miembros de la naturaleza instrumental, la dynamis perfeccionada de la naturaleza anímica, la asunción de ellos en la acción del Poder divino, y una fe perfecta en todos nuestros miembros para convocar y sostener esa asunción, sakti, vírya, daiví prakrti, sraddhá.

 

 

3- EVOLUCIÓN DEL MENTAL AL GNÓSTICO

Pero mientras este desarrollo tiene lugar sólo en el nivel supremo de nuestra naturaleza normal, podemos tener una imagen refleja y limitada de la perfección traducida en los términos inferiores del alma en la mente, vida y cuerpo, pero no la posesión de la perfección divina en los supremos términos posibles para nosotros acerca de la Idea divina y su Poder. Eso ha de hallarse más allá de estos principios inferiores, en la gnosis supramental; por lo tanto, el próximo paso de la perfección será la evolución del ser mental hasta el ser gnóstico. Esta evolución se efectúa trasponiendo la limitación mental, elevándose hacia el siguiente plano superior de nuestro ser, oculto a nosotros, en la actualidad, por la brillante tapa de los reflejos. mentales y convirtiendo todo cuanto somos en los términos de esta conciencia mayor. En la gnosis misma, vijñána, hay diversas gradaciones que se abren, en su cima, al Ananda pleno e infinito. Una vez convocada efectivamente la acción de la gnosis, asumirá progresivamente todos los términos de la inteligencia, voluntad, mente sensoria, corazón, y ser vital y sensitivo, y los traducirá, mediante una conversión luminosa y armonizadora, en una unidad de la verdad, poder y deleite de una existencia divina. Elevará hacia esa luz y fuerza y convertirá en su propio sentido supremo todo nuestro ser intelectual, volitivo, dinámico, ético, estético, sensitivo, vital y físico. También tiene el poder de vencer las limitaciones físicas y de desarrollar un cuerpo más perfecto y divinamente instrumental. Su luz abre los campos del superconsciente y lanza sus rayos y vuelca su luminosa corriente en el subconsciente e ilumina sus oscuras insinuaciones y recogidos secretos. Nos admite en una luz mayor del Infinito que se refleja incluso en la más pálida luminosidad de la mentalidad suprema. Mientras perfecciona al alma y naturaleza individual en el sentido de una existencia divina y compone una plena armonía con las diversidades de nuestro ser, funda toda su acción en la Unidad de la que procede y asume todo en esa Unidad. La personalidad y la impersonalidad, los dos aspectos eternos de la existencia, se unifican, mediante su acción, en el ser espiritual y cuerpo de la Naturaleza correspondiente al Purushottama.

 

4- DIVINIZACIÓN DEL FÍSICO

La perfección gnóstica, espiritual en su naturaleza, ha de cumplirse aquí, en el cuerpo, y toma la vida en el mundo físico como uno de sus campos, aunque la gnosis nos abre la posesión de los planos y mundos que están más allá del universo material. Por lo tanto, el cuerpo físico es una base de la acción, pratisthá, que no puede descartarse, descuidarse ni excluirse de la evolución espiritual: una perfección corporal como instrumento externo de una completa vida divina en la tierra será necesariamente parte de la conversión gnóstica. El cambio se efectuará mediante la instroducción de la ley del Purusha gnóstico, vijñánamaya purusa, y de aquello en lo que se abre, el Anandamaya, en la conciencia física y sus miembros. Empujado hacia su conclusión suprema, este movimiento introduce una espiritualización e iluminación de toda la conciencia física y una divinización de la ley corporal. Pues detrás de la burda envoltura física de esta estructura materialmente visible y sensible (sosteniéndola subliminalmente y apreciable mediante una conciencia sutil más fina), hay un cuerpo sutil del ser mental y un cuerpo espiritual o causal del alma gnóstica y bienaventurada en el que ha de hallarse toda la perfección de una corporización espiritual, una ley divina del cuerpo todavía inmanifiesta. La mayoría de los siddhis físicos adquiridos por ciertos Yogins se produce por una elevación de la ley del cuerpo sutil o un descenso de algo de la ley del cuerpo espiritual. El método ordinario consiste en la apertura de los Chakras mediante los procesos físicos del Hatha-Yoga (de los cuales algo también se incluye en el Raja-Yoga) o mediante los métodos de la disciplina Tántrica. Pero como pueden usarse opcionalmente en ciertas etapas por el Yoga integral, no son indispensables: puesto que aquí todo estriba en el poder del ser superior para cambiar la existencia inferior, se escoge principalmente un accionar que se desplaza de arriba hacia abajo y no en sentido inverso y, por lo tanto, el desarrollo del poder superior de la gnosis ha de aguardarse como cambio instrumentativo en esta parte del Yoga.

 

5- PURUSHA Y PRAKRITI

Quedará, porque sólo entonces será enteramente posible, la acción y disfrute perfectos del ser sobre la base gnóstica. El Purusha entra en la manifestación cósmica para las variaciones de su existencia infinita, para el conocimiento, la acción y el disfrute; la gnosis procura la plenitud del conocimiento espiritual y sobre ella fundará la acción divina e introducirá el disfrute del mundo y del ser en la ley de la verdad, la libertad y la perfección del espíritu. Pero ni la acción ni el disfrute serán la acción inferior de los gunas y el consiguiente disfrute egoísta, en particular, de la satisfacción del deseo rajásico que es nuestro actual modo de vida. Si queda algún deseo, si puede dársele ese nombre, será el deseo divino, la voluntad de deleite del Purusha que disfruta en su libertad y perfección Ia acción de la perfeccionada Prakriti y de todos sus miembros. Prakriti asumirá la naturaleza total dentro de la ley de su superior verdad divina y actuará según esa ley ofrendando el disfrute universal de su acción y ser al Anandamaya Ishwara, el Señor de la existencia y las obras, y Espíritu bienaventurado que preside y gobierna su accionar. El alma individual será el canal de esta acción y ofrenda, y disfrutará a la vez de su unidad con el Ishwara y de su unidad con Prakriti, y disfrutará todas las relaciones con el Infinito y finito, con Dios y con el universo y los seres del universo en los términos supremos de la unión del Purusha y Prakriti universales.

 

6- ANANDA

Toda la evolución gnóstica se abre al principio divino de Ananda, que es el fundamento de la plenitud del ser, conciencia y bienaventuranza espirituales de Sachchidananda o Brahmán eterno. Poseída al principio por el reflejo de la experiencia mental, será después poseída con mayor plenitud y precisión en la conciencia masiva y luminosa, cidghana, que llega mediante la gnosis. El Siddha (o alma perfecionada) vivirá en unión con el Purusthottama en esta conciencia Bráhmica, será consciente en el Brahrnan de que es el Todo, sarvam brahma, en Brahman como conciencia autoexistente y conocimiento universal, jñánam brahma, en Brahman como la bienaventuranza autoexistente y su deleite universal del ser, ánandam brahma. Experimentará todo el universo de su energía universal e infinita, todo conocimiento y experiencia consciente como emanación de esa conciencia, y todo en los términos de ese Ananda único.

 

7- UNO EN TODO

Su ser físico será uno con toda la Naturaleza material, su ser vital será uno con la vida del universo, su mente será una con la mente cósmica, su conocimiento y voluntad espirituales serán uno con el conocimiento y voluntad divinos en sí y en la medida en que se vuelca a través de estos canales, y su espíritu será uno con el espíritu único en todos los seres. Tola la variedad de la existencia cósmica cambiará para él en esa unidad y se revelará en el secreto de su significación espiritual. Pues en esta bienaventuranza y ser espirituales será uno con Eso que es el origen, continente, habitante, espíritu y poder constitutivo de toda la existencia. Este será el supremo alcance de la autoperfección.

 

 

 

 

 

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